lunes, mayo 14, 2007

Gratitud y Cortesía

Queridos Amigos quería compartir con Uds. unas lineas del Rab Berel Wein que llegaron a mis manos. Muchas veces reflexioné sobre éste tema y hoy encuentro estas palabras que coinciden con mis pensamientos. Uno de los principios cardinales del judaísmo es la necesidad y habilidad de decir "gracias". Quien no reconoce y es desagradecido por lo que tiene al extremo es considerado un pecador: si bien no en acción, si en actitud. El Talmud con su inconfundible estilo declara que la persona debe siempre abstenerse de quejarse: ya bastante es el hecho que uno está con vida una vez más mientras me despierto a un nuevo día.
Una actitud general de agradecimiento hace la vida más fácil y simple, incluso enfrentando obstaculos, problemas y severas dificultades. La persona que puede apreciar y agradecer a otros siempre verá el vaso "mitad lleno"; habrá más aprecio por lo que uno tiene y menos celos por lo que aún no se tiene. En nuestra sociedad competitiva y materialista parecería haber poco lugar para las expresiones de gratitud. Pero la Torá y toda la tradición judía exige que seamos agradecidos, no solo en nuestra actitud sino también con nuestras palabras y acciones: la importancia de este concepto es algo que debería ser inculcado a nuestros hijos y nietos desde su más temprana edad: las primeras frases o palabras que debería aprender un niño es "gracias".
Existe otro valor en la vida que a veces contribuye al resultado opuesto de lo descripto arriba: uno debe intentar ser independiente y no estar en deuda por ayuda y caridad. Si uno se ve forzado a aceptar ayuda y favores de otros, crea internamente resentimiento: este muchas veces es mal dirigido contra el mismo benefactor que brindó su asistencia. Hay numerosas lecciones en la vida que se deben aprender y caracteristicas que requieren entrenamiento y desarrollo: tal como uno debe aprender a dar con cortesía, con una sonrisa y un buen deseo, también en la vida inevitablemente deberá saber recibir y esto también deberá ser con una sonrisa y buenos deseos. De niños, muchas veces expresamos nuestro resentimiento por regalos dados que no fueron exactamente de nuestro agrado, pero la actitud madura y adulta de la Torá no acepta esta conducta: este tipo de comportamiento destruye matrimonios y familias, hace la vida profesional y la interacción positiva con otro dificil y problemática. Existen personas miserables al dar, hay otros que son miserables en su gratitud por sus bendiciones.
A quienes les es dificil decir gracias a otras personas por su ayuda también le sera dificil decir gracias a Di-s por el regalo de la vida y todo lo que acompaña. Nos acostumbramos a regalos y bondades y las damos por descontado y solo apreciamos su valor e importancia cuando ya no las tenemos. La persona sabia aprenderá a decir gracias mientras esos regalos, personas y situaciones aún están presentes entre nosotros.

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