martes, junio 30, 2009

El Reposo del Sol


A finales del mes de junio ocurre el llamado Solsticio de Invierno del Hemisferio Sur., que es cuando el día alcanza su mínima duración durante el año, el Sol parece estar en su punto más bajo en el horizonte, y, por unos días, mantiene la misma altura antes de empezar a ganar en altura y a alargar la duración de los días, de hecho, solsticio viene de la expresión latina solstitium, que a su vez deriva de sol sistere, sol quieto.
Tomemos en cuenta la marcha aparente del Sol cada día: sale por el Este, alcanza su mayor altura y fuerza al dar sobre el meridiano del observador en un punto que desde el Hemisferio Norte el Sol parece estar en el Sur, y desde el Sur parece estar en el Norte, y finalmente se pone por el Oeste, para luego seguir su rumbo durante la noche para volver a dar vida, luz y calor al mundo desde el Este nuevamente.
Una de las enseñanzas que se puede sacar de ello es que, así como el Sol nace, crece cada día en altura y fuerza hasta dar su máximo de luz y calor, y luego sigue iluminando hasta su último aliento antes de desaparecer en el horizonte, nosotros del mismo modo debemos ser agentes de luz, vida y calor en esta gran construcción que es el mundo, y en el que somos piedras vivientes destinadas a contribuir a la gloria de un diseño cuya totalidad se nos escapa, pero cuyo descubrimiento es el encuentro con nuestra misión personal en la vida.
Esa es nuestra existencia, buscar a través de nuestras oscuridades, temores y dudas personales una chispa de Verdad y una inspiración de Bien que nos permitan iluminar y vivificar nuestro mundo interior y ayudar a dar vida, sentido y calidez humana al mundo exterior que nos circunda como el Sol al amanecer y, como agentes de esa Luz y ese Bien, elevarnos hasta dar el máximo de nuestro esplendor tratando de llegar a la máxima altura de perfección y realización que nos toque poder dar, para finalmente seguir iluminando incluso cuando nuestras capacidades ya no brillen tanto, y vayan poco a poco menguando hasta que finalmente seamos llamados a iluminar en otros horizontes.
Pero a su vez, el Solsticio de Invierno marca también un momento particular, es cuando el Sol está por iniciar su período de ascenso, de empezar a elevarse más y más por sobre el horizonte, de comenzar a alargar los períodos de luz, que luego se van a traducir en mayor calor y en el renacimiento de la vida en la primavera para llegar a su culminación en el verano, con su máximo de altura, luz, calor y vida, en definitiva, es cuando el Sol va a reanudar su tarea de ir venciendo el frío, la muerte y la oscuridad, en un ciclo permanente de alternancia y renovado trabajo.
Simbólicamente, el ciclo que va a comenzar luego del Solsticio puede representar la vocación humana universal de trabajar por el progreso tanto en lo intelectual a través de la ciencia y el conocimiento, como en lo ético a través de la educación y la justicia y también en el bienestar de la humanidad a través de una satisfacción cada vez mayor de las necesidades humanas en sus distintos campos.
Sin embargo, el Solsticio de Invierno todavía no es ese período de crecimiento, es aún el instante intermedio entre el tiempo anterior de cada vez mayor oscuridad, y el lapso de crecimiento de la luz que va a terminar en el verano, es todavía el momento entre uno y otro ciclo, y por lo tanto no es ninguno de los dos, es el momento en que, como dijimos, el sol parece detenerse por un día antes de empezar su crecimiento, es el descanso que se toma antes de poder empezar a crecer, es el punto en que parece estar juntando la fuerza que lo va a propulsar con envión durante los seis meses de su crecimiento en poder y luz, el punto de apoyo de donde el Sol parece sacar toda su energía para dedicarse a su obra de vida y calor.
Cuál es entonces nuestro punto de apoyo? Cuál el fundamento del que sacamos fuerzas para seguir en esta vocación que descubrimos y que abrazamos?
Sinceramente, creo que la respuesta está ahora mismo ante los ojos de cada uno en la experiencia universal de la camaradería, en el calor de la alegría compartida, del redescubrirnos hermanos unos de los otros y (al margen de la función de cada uno y del grado de desarrollo que ostente) en el gozo de celebrar el estar unidos por algo más grande que nosotros mismos, el sentimiento de fraternidad y en la conciencia de la solidaridad mutua, del afecto sincero, y de la mutua estima.
Cada uno sabrá en qué se apoya para cumplir su día a día, en qué tiene puesta su Fe, si en sí mismo o en algún Poder Más Grande que lo pueda ir guiando en el proceso de crecimiento. También, cada uno sabrá hacia qué tiende su Esperanza y cuáles son sus anhelos. Pero entiendo sinceramente que es en la vivencia de la fraternidad en la que se encuentra la clave de la vocación humana, como seres libres, capaces de liberarse de toda pequeñez moral, y también de darse mutuamente y de sostenerse en el camino de la búsqueda de la Verdad y la construcción del Bien, pues eso es lo que nos evita finalmente caer en una Fe que sea sólo un asentimiento puramente intelectual, en una Esperanza que sea un simple ilusionarse con el futuro, o en un accionar que no supere las estrecheces del egoísmo y sea incapaz de algo más grande que satisfacer su pequeñas mezquindades.
En definitiva, puede ser que la Fe y la Esperanza precedan a la Caridad entendida como amor eficaz que une a los hombres y busca cooperar en el bien del otro y de todos, pero creo que es recién en este nivel cuando se funda la base misma de roca sólida en que el ser humano puede encontrar el punto de apoyo que, del mismo modo que el Solsticio de Invierno hace con el Sol, le proporcione el empuje para poder lanzarse a su vocación de agente creador de Vida y Luz en el mundo en que le toca actuar.Para cerrar, brindo no solo por la experiencia agradable y alegre de la buena compañía, sino también para que la misma sea ocasión de redescubrirnos unidos en la vocación de unión y solidaridad que nos hace ser lo que somos, personas en busca de un ideal que nos lleve a hacer de este mundo, un lugar mejor en Libertad, Igualdad y Fraternidad.

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